claman en el cielo: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” Juan describe la respuesta que ellos recibieron: “Se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”. Aún falta un cierto número de mártires por morir. Dios sabe cuántos de Sus hijos deben ser asesinados; y Dios gobierna
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